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El arte de callar

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Me topé, en una columna de Irene Vallejo, con esta frase de la poeta italiana Alda Merini: «Me gusta quien escoge con cuidado las palabras que no dice».

La vocinglería ha sido norma humana, pero donde el gritón y el ufano ha sido rey, hace falta promover la cordura del silencio y el sosiego. Bienaventurados aquellos que son capaces de identificar cuándo y cuáles so las palabras que sobran, porque debe de ser un don divino.

Se vienen tiempos coléricos y de emociones desbordadas, jornadas de disgustos y de gente capaz de defender lo indefendible con tal de quedarse con el punto. Vienen, pues, los agitados y deslenguados días de las elecciones.

Oirán ustedes toda clase de argumentos y acusaciones. Circularán cadenas de Whatsapp llenas de seguridades sobre asuntos todavía inciertos. Sobrarán las mentiras y escasearán las verdades.

Habrá que andar con pies de plomo y abrir bien los ojos, pero sobre todo, las entendederas. Sugiero no dar nada por hecho y confirmar tres veces todo antes de dejar correr lo que se quiere dar por cierto, por más que se desee.

Que nadie se confunda, no estoy diciendo que no se hable ni se discuta, todo lo contrario: ahora es cuando hay que poner en palabras lo que se sabe, se opina, se cree, pero mejor si esas palabras son apenas las justas, no solo en su extensión, sino también en su razón.

Que se vengan la discusión, los datos, el debate para evitar sorpresas y votar sobre aviso, curados ya de espantos. Que nadie alegue luego que no sabía aquello que siempre fue obvio.

Me dirán que aquí mandan son las emociones y que el miedo ha demostrado ser buen aliado para ganar elecciones. Los profetas del apocalipsis político casi siempre yerran, pues tienen visto desde hace tiempo la paja en el ojo ajeno.

Ya andan por ahí, advirtiendo que estamos ahora sí al borde del abismo, cuando quizá ellos mismos nos dejaron cerca del barranco.

¡Qué mala suerte, Medellín, este ocaso de liderazgo! ¡Qué infortunio tener gente que ni siquiera cuida, no ya lo que calla, sino lo que dice!”

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/mario-duque/

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