Dejen tranquila a mi niña interior

El concepto de «la niña interior» se popularizó en la cultura terapéutica simplista y de autoayuda, y se refiere a la idea de que dentro de cada persona hay una niña o niño interior que necesita ser sanado. Aunque este concepto puede ser útil para algunas personas, también hay que mirar con sentido crítico su proliferación.

En redes sociales, en conversaciones informales con amigos, en entrevistas a terapeutas, e incluso, en narrativas de expertos en finanzas o economía, tarde o temprano aflora el término. Algunos se han apropiado del concepto, tal vez sin conocer de dónde viene o cuál es su sentido, porque el enganche es atractivo: finalmente, media la ilusión de que es “más fácil” tratar con un niño que con un adulto.

La idea original tiene bases en enfoques psicológicos serios. Freud aportó en la comprensión de la psicología infantil y en cómo la infancia influye en la adultez: según esto, algunos problemas emocionales tienen raíz en la niñez. Jung se refirió al niño interior y a la necesidad de integrar los distintos elementos de nuestra personalidad en aras de una psique sana.

Pero lo que vemos hoy en redes sociales y en ciertos espacios de autoayuda es una versión muy diluida y, a veces, idealizada. El mal uso del concepto de «la niña interior» simplifica excesivamente la complejidad de la experiencia humana y trivializa procesos complejos de desarrollo psicológico.

Para lo que sí ha sido muy útil es para convertirse en producto de marketing: libros, talleres, camisetas, cuentas en redes sociales que explotan el concepto sin rigurosidad ni responsabilidad, “monetizando la experiencia humana”.

Sanar traumas infantiles no es solo “hablar con tu niña interior”; requiere trabajo profundo, a veces con terapia profesional; además, porque se corre el riesgo de usar esta narrativa como excusa, para enfocarse en las heridas pasadas y ubicarse como víctima de las circunstancias externas, sin asumir responsabilidades por las acciones realizadas ya en la adultez.

Seguir usándola de muletilla emocional lo que está haciendo es que, por un lado, un montón de “niños” y “niñas” “heridos” anden por el mundo vestidos de adultos, justificando sus irresponsabilidades; y por el otro, algunos, muy sagaces, “muy adultos” se enriquecen con los traumas ajenos.

Finalmente, la noción puede ser una herramienta útil, siempre que no se use como atajo o excusa. Si se maneja con profundidad y sentido crítico, incluso con ayuda de profesionales serios, ésta puede ser una idea que genere comprensión y bienestar.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/maria-antonia-rincon/

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