Cuerpo libre

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“No es anti-mujer decirme que hacer con mi cuerpo?” -Emily Ratajowski

Acto 1- En mi sala tengo una fotografía de cuando Karen Paulina Biswell viajó a China, y reflexionó sobre la mirada occidental del cuerpo femenino. La foto es un pezón de piel blanca con una rosa de color rosa pálido. Es absolutamente sublime y escandalosa al mismo tiempo. “¿Por qué pones esa teta ahí? Qué incómodo”, me preguntan la mayoría de personas que entra a la casa. Yo les pregunto “¿Por qué te incomoda? ¿No tienes una teta tú también?” E insisto “No es a ni la primera ni la última teta que van a ver. Dejen el show.”

Acto 2- Una amiga me invitó a una campaña para su marca de ropa de athleisure donde 35 personas de diversos colores, pesos, edades y géneros posamos para el lookbook. Me pidió que usara unos culottes con un brasier manga larga. Aunque me parecía divino pues era una celebración de la diversidad del cuerpo, no lo hice porque no quería causar revuelto con mis papás. Eso le dije. Preferí posar con un vestido largo.

Acto 3- En la mesa del comedor de mi abuela, empezó una discusión sobre Emily Ratajkowski y querer “bañarse en todos los aguaceros”[1]. Que ella ¿por qué escribió un libro si se la pasa desnuda? Que es una hipócrita que sigue ganando plata con su cuerpo.

Las preguntas que llevo haciéndome tantos años: ¿por qué hay tanto tabú alrededor del cuerpo de las mujeres? ¿Qué hay que hacer para soltarlo? Creo profundamente en la liberación del cuerpo de la mujer. Liberación de los roles tradicionales de género, liberación de un trabajo de cuidado no remunerado, liberación de una mirada masculina sexualizada y patriarcal, liberación de tener que arreglarnos para complacer a los hombres, liberación de los estándares de belleza o de estética de la sociedad. Creo profundamente en dejar de sexualizar cada pedazo de piel que una mujer muestra. Creo profundamente en dejar de juzgar como cada mujer maneja su cuerpo.

Recuerdo una discusión sobre si las mujeres que usan escote son para que las miren. NO necesariamente. Personalmente, no me pongo una minifalda o un crop top no para que me mire mi novio, mi amigo o el mesero; lo uso porque me gusta. Claro que existen veces donde la mujer se viste para llamar la atención y en ese caso, ¿qué?, ¿cuál es el problema? Por supuesto, hay lugares y momentos para todo. Pero sí, déjenos ser. Déjenos andar sin brasier. Déjenos usar minifalda y escote. Dejen de escandalizarse y ofenderse por una teta.

Está también la constante estigmatización y descalificación a una mujer por mostrar su cuerpo. El libro de Emily Ratajowski lo narra espectacularmente, detallando su lucha por ser tomada en serio como actriz y modelo después de que posó topless en el video de Blurred Lines con Robin Thicke. Cuando le dije a un amigo que era de mis feministas favoritas, me dijo “qué va, si ella se la pasa desnuda siempre”. Y ahí vuelvo a mi punto principal. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿No puede una mujer ser escritora, activista y posar desnuda al mismo tiempo? ¿Por qué se asume que la liberación sexual y los cuerpos desnudos son incompatibles con la inteligencia y la capacidad profesional? Pienso que las mujeres desnudas no son el problema, pero humillarlas y culparlas por eso, sí que lo es.

Por un lado les molesta e incomoda que una mujer no use brasier, o que no se afeite, y por el otro, reclaman que usa mucho escote y que posa en bikini. Los hombres que salen con mujeres que usan escote son aplaudidos, pero las mujeres que usan los escotes son juzgadas. Dejen que las mujeres hagamos lo que nos dé la gana con nuestro cuerpo. Y dejen que la gente sea libre de vivir en su propio estilo.


[1] Expresión del Caribe colombiano que se refiere a participar en muchos temas/planes al mismo tiempo.

Otros escritos por esta autora: https://noapto.co/ana-paulina-maestre/

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