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¿Qué hay debajo de la alfombra?

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Érase una vez un comerciante de alfombras que vio que su alfombra más hermosa tenía un gran bulto en su centro; lo pisó para aplanarlo y lo consiguió. Pero el bulto reapareció en un lugar nuevo no muy lejos. Saltó de nuevo sobre éste y lo hizo desaparecer por un momento, hasta que emergió una vez más en un punto nuevo. Una y otra vez saltó, raspando y destrozando la alfombra en su frustración, hasta que finalmente levantó una esquina y una serpiente enojada se deslizó fuera.

¿Cuántas veces decidimos cortar el camino para resolver un problema? ¿Cuántas veces confundimos el síntoma con el problema que está a la raíz? ¿Cuántas veces nos quedamos en la superficie?

Los problemas complejos no lo resuelven un trino, una columna inspiradora, o un discurso hermoso. Ni siquiera el cambio efectivo es el resultado de acciones afanadas, de soluciones improvisadas, de un pensar a corto plazo.

En estos días participé en República Dominicana del primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout, organizado por la fundación VIAHR. En mi intervención dije que el estrés crónico, así como el agotamiento laboral, no son el verdadero problema, sino que son un síntoma. Lo que se oculta debajo de la alfombra a menudo es una cultura organizacional incoherente e inadecuada, un liderazgo despótico.

Lo mismo pasa con los fenómenos sociales. La violencia urbana, los movimientos migratorios masivos y la crisis climática son solo síntomas (y el resultado) de comportamientos y prácticas que a su vez revelan formas de comprender la economía, el progreso, el éxito, etc.

Buscando soluciones de corto plazo, evitando ir a la raíz de los problemas, no seremos capaces de transformarnos. Nos mantendremos en lo superficial, lo obvio y lo conocido. Seguiremos pensando y comportándonos igual. Pretendemos curar el cáncer con una aspirina.

Lo que hay que hacer es levantar la alfombra y mirar lo que está debajo. Por eso, no quedarse solamente en lo observado (el síntoma), sino comprender lo que hay por debajo de un fenómeno, sus reales y múltiples causadores, es fundamental. Eso requiere la capacidad de pausar y desacelerar, de no continuar viviendo en automático, y de no continuar haciendo lo mismo. Eso requiere el esfuerzo de asumir múltiples perspectivas, de imaginar nuevas soluciones, de innovar, de experimentar.

Los cambios requieren dejar de mirar afuera de nosotros mismos y, en lugar de volver la mirada hacia dentro, volvernos conscientes de nuestros mapas mentales y nuestros patrones culturales. Si no despertamos y tomamos consciencia, nuestro futuro se parecerá a nuestro pasado anterior. Viviremos en un eterno presente.

Sin embargo, para interrumpir hábitos mentales e innovarnos, debemos optar por mirar debajo de la alfombra. No esperemos que un líder iluminado nos invite a hacer eso (no veo estos líderes en el horizonte); empecemos cada uno a asumir la responsabilidad por los resultados que producimos en nuestra vida. Miremos debajo de la alfombra para preguntarnos cómo actualizar nuestro mapa mental para que quienes somos y lo que hacemos estén siempre más alineados con el futuro que queremos crear.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/aldo-civico/

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