Uribe tenía razón

Crecí odiándolo y temiéndole, pensaba que era una amenaza para la democracia y, para mí, eran héroes quienes se le enfrentaban. Hoy todo es al revés, los opositores de esa época gobiernan y dejan en claro, diariamente, que su oposición fue una pantomima. Sus formas son mucho peores y minan gravemente las bases de la institucionalidad colombiana, es claro que, en el fondo, lo que les dolió siempre fue que se combatiera a la criminalidad, de la que son cómplices. ¡Estaba equivocado y Uribe tenía razón!

En su momento, voté esperanzado por el “sí” a la paz. Y aunque hay casos individuales positivos de guerrilleros rasos que aprovecharon la desmovilización, el panorama general es bastante oscuro y le da la razón a quienes se opusieron: una JEP politizada que, en todo este tiempo, no ha emitido una sola condena; comandantes de las FARC impunes que legislan desde el congreso sin haber recibido un solo voto, y que han sido claves para que Petro tenga mayorías en el congreso para destruir a su antojo.

La oposición de ese entonces, que criticaba el “guerrerismo” de Uribe, solo ha traído más muerte y destrucción con su inacción de la “Paz Total”, un frenazo a la Fuerza Pública que raya en la complicidad criminal. Especialmente, sumando esto a las gravísimas denuncias del Pacto de La Picota, que se corrobora con hechos como ver a Petro en Medellín rodeado de los peores criminales, los mismos que, paradójicamente, fueron a la cárcel durante la administración de Fico.

Uno de los protagonistas de esta historia es Iván Cepeda, que apareció mencionado en los computadores del guerrillero Raúl Reyes y que no fue juzgado – con razón – porque se rompió la cadena de custodia. Sin embargo, ahora se rompen las bases del Estado de Derecho cuando una jueza valida, ahora sí y a favor de Cepeda, chapuzas como pruebas editadas y sin custodia grabadas con un reloj; o chuzadas sin orden judicial, para usarlas contra Uribe.

Lo que pasa es simple, llegaron al poder aliados con los peores criminales, pero no les basta con esto, tienen que subvertir los valores que tenemos: hacer del crimen lo bueno, lo heroico, y buscan justificarlo en que hace parte de una lucha por el “pueblo”. Por supuesto, si el crimen ahora es bueno, quien lo persigue pasa a ser el malo. Esto no es una persecución contra Uribe, es algo mayor, se trata de dinamitar los principios sobre los que se construyó Colombia. Afortunadamente, cada vez es más evidente, y somos más los que vemos esta trampa de la que no solo la izquierda ha sido cómplice, sino también muchos “intelectuales” y agazapados del centro. Recuperar a Colombia nunca fue tan claro y necesario.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/jose-valencia/

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