En el aula de clase la inclusión significa mucho más que permitir la presencia física de
todos los estudiantes: implica transformar actitudes y reconocer la riqueza de cada
manifestación cultural. Muestra de ello ocurrió en una escuela pública de Bogotá, donde la
maestra de tercer grado propuso a sus alumnos representar la profesión que más admiraban.
Mientras varios niños escogieron médicos, bomberos, abogados o maestros, una niña
decidió mostrar su vocación como cantora del Pacífico colombiano. En lugar de aplausos,
recibió burlas y comentarios despectivos de algunos compañeros y de familiares presentes,
evidenciando cómo ciertas expresiones culturales quedan invisibilizadas. Tras su
presentación, se repitieron estereotipos que asocian la piel oscura con carencias de talento,
y la niña quedó con la sensación de que su identidad y su tradición “no importaban tanto
como las profesiones convencionales”. Este episodio demostró que las actitudes
discriminatorias no solo se expresan en la calle, sino que encuentran terreno fértil en
muchas instituciones educativas del país.
Al percibir el ambiente hostil, la docente comprendió que el problema no nacía únicamente
en el aula, sino que se alimentaba de imaginarios heredados de la sociedad. Ese mismo mes,
en la ciudad de Cali, un agente de tránsito fue agredido verbalmente por su color de piel
mientras ejercía su labor, lo que puso de manifiesto que el racismo persiste en la calle y se
infiltra en el entorno escolar. Ante esta realidad, la maestra decidió convertir la situación en
una oportunidad pedagógica, utilizando como punto de partida el libro Color Carne de
Desirée Bela-Lobedde, cuyo mensaje central es cuestionar la idea de que el “color piel”
equivale a blanco e invitar a repensar los estereotipos transmitidos culturalmente. A partir
de fragmentos seleccionados, los estudiantes conocieron testimonios que describen la
experiencia de no encajar en el “color carne” hegemónico, estimulando la empatía y el
reconocimiento de otros matices.
Para profundizar en la reflexión, la docente propuso actividades que permitieran a los
estudiantes explorar la riqueza de la pluralidad de matices, no solo en el tono de la piel,
sino también en las costumbres y tradiciones de Colombia. Primero, escucharon músicas
representativas del Pacífico (marimba y son del Pacífico), del Caribe (champeta y
bullerengue) y de los Andes (bambuco y danza llanera), acompañadas de breves
explicaciones sobre su origen y significado cultural. De esta forma, pudieron evidenciar
cómo cada región aporta ritmos y saberes únicos que enriquecen la identidad nacional. A
continuación, leyeron fragmentos de textos de Mary Grueso, autora afrocolombiana
destacada por su obra poética y sus ensayos sobre memoria e identidad de las comunidades
Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras (NARP). Estos pasajes invitaron a
dialogar sobre la construcción de la autoestima racial y a derribar la falsa idea de que el
“color carne” es sinónimo de neutralidad.
Después, cada estudiante plasmó su autorretrato usando el color (o los colores) con los que
se sentía identificado. Al comparar los dibujos, coincidieron en que cada tono de piel es
valioso porque refleja la verdadera diversidad de la escuela. Luego, llevaron sus dibujos a
casa y explicaron el ejercicio a sus familias, profundizando juntos en la reflexión sobre la
riqueza de su identidad y la de sus comunidades.
Según el Bogodatos para la Convivencia Escolar, en 2024 se registraron 128 casos de
racismo en colegios públicos de Bogotá, con mayor incidencia en Kennedy, Ciudad Bolívar
y Rafael Uribe Uribe. En Medellín, la Personería reportó que 32 instituciones educativas
informaron casos de discriminación racial ese mismo año, un aumento del 10,3 % respecto
a 2023. Las comunas más afectadas fueron Villa Hermosa, San Javier y El Poblado.
La transformación educativa, sin embargo, no puede limitarse a iniciativas individuales. Es
indispensable que todos los actores de la comunidad educativa asuman responsabilidades
claras. Los docentes deben incorporar contenidos sobre diversidad cultural en todas las
asignaturas. En lenguaje, pueden analizar poemas de autoras afrocolombianas; en artes,
recrear símbolos culturales de comunidades raizales; en ciencias sociales, estudiar la
historia y los aportes de pueblos afro e indígenas; en matemáticas, trabajar estadísticas de
población NARP o ritmos musicales regionales; y en ciencias naturales, estudiar plantas
medicinales y saberes ancestrales de la Sierra Nevada, el Caribe y el Pacífico. Cada
asignatura puede contribuir a construir imaginarios inclusivos y a consolidar una
convivencia respetuosa basada en el reconocimiento de la diversidad.
Por su parte, los directivos deben establecer protocolos claros para atender casos de
racismo, como lo exige la Ley 1620. Además, deben gestionar espacios formativos para su
comunidad educativa sobre el abordaje pedagógico del racismo, en colaboración con
universidades, colectivos culturales y organizaciones de la sociedad civil.
Las familias desempeñan un papel fundamental en esta transformación. Deben fomentar el
diálogo intergeneracional en casa, cuestionando estereotipos heredados y compartiendo
historias y tradiciones familiares que refuercen la autoestima de niñas y niños. Asimismo,
deben acompañar las actividades escolares, participar en formaciones y modelar actitudes
respetuosas, evitando comentarios discriminatorios, ya que el aprendizaje también ocurre
por imitación.
¿Cómo sería nuestra sociedad si cada escuela hiciera de la diversidad su punto de
partida? Tal vez entonces nadie sentiría vergüenza de sus raíces ni de su color. Si logramos
integrar estas estrategias pedagógicas —desde la lectura de Color Carne hasta la
articulación con colectivos culturales—, estaremos construyendo una cultura de respeto que
trascienda el aula y se refleje en una sociedad más justa e igualitaria. Solo así formaremos
ciudadanos capaces de valorar la riqueza de cada región y defender con firmeza los
derechos de quienes históricamente han sido invisibilizados.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-carlos-ramirez/