Ahora se oDIAN

Escuchar artículo

Entre el amor y el odio solo hay un paso, reza el dicho popular, sin embargo, en algunas relaciones como la del ministro de Comercio Luis Carlos con Roy, más que un paso hacia el desprecio se cruzaron todas las barreras.

Como si se tratara de una historia surrealista, la reciente denuncia del ministro de Comercio Luis Carlos Reyes, contra el embajador de Colombia en el Reino Unido, Roy Barreras, ha añadido un nuevo capítulo a la novela macondiana de la política del país. La trama incluye amenazas, listas de nombres y un toque de humor negro que solo en Colombia podría ser posible.

El ministro Luis Carlos, conocido en su momento como Mr. Taxes en su papel de director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), reveló durante una entrevista para radio, que recibió una solicitud bastante peculiar de Roy Barreras, quien en ese entonces era presidente del Senado. Roy, con la sutileza de un elefante en una cristalería, le pidió al exdirector que nombrara a sus «fichas» en las oficinas de la DIAN en Buenaventura y Cali.

Ante tan graves denuncias, es inevitable preguntarse: ¿Por qué esperar tanto tiempo para hacerlas públicas?, ¿Será que en su momento dicha situación no causó indignación en el ministro? Y ¿Por qué se oDIAN ahora los funcionarios? Imagino que aquellos eran buenos tiempos, de amores en cada puerto, de felicidad sin aranceles; no como ahora, que la relación se ha convertido en contrabando y traición.

La lista de personas que Roy quería ver en puestos clave de la DIAN incluye nombres que, según Luis Carlos, son conocidos por sus conexiones políticas más que por sus competencias profesionales. Entre los políticos mencionados están el representante del Pacto Histórico Alejandro Ocampo, quien buscaba la dirección seccional de la DIAN en Buenaventura para Alejandro Manrique Londoño. En total el listado alcanza los 48 nombres.

Lo que realmente ha captado la atención de todos es la forma en que Roy hizo su solicitud. Según el ministro, el embajador le dijo: «Mira, apreciado Luis Carlos, tú eres un tipo muy prometedor, tú vas a ser ministro, tú vas a ser esto y lo otro. Tú eres como un futbolista, imagínate lo feo que sería que a Messi le rompieran las piernas». Ahí está pintado Roy, ¡todo un poeta! Me atrevería a decir que estamos frente a un hombre que no se cansa de romper los moldes.

Durante un tiempo será imposible dejar de imaginar a Roy Barreras, con su mejor cara de brabucón de película, comparando a Luis Carlos Reyes con Lionel Messi. ¿Acaso el embajador se veía a sí mismo como el entrenador enojado, listo para sacar la tarjeta roja? O tal vez, en su mente, él era el villano de una telenovela, con un monólogo dramático y música de fondo.

Lo cierto es que este incidente tragicómico resalta un problema que no parece tener fin: la corrupción y el uso indebido del poder en la política del país. En el realismo mágico de la política colombiana, donde las amenazas se disfrazan de metáforas y los funcionarios juegan a ser personajes de novela, es vital que no perdamos de vista la importancia que tiene para el Estado garantizar la legalidad, la transparencia y la justicia.   Quién sabe, tal vez algún día, quienes se oDIAN se declaren nuevamente el amor y dejen de ser investigados; Roy, POLFA, en nombre de todos los contribuyentes, no cruces más las barreras.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-carlos-ramirez/

5/5 - (1 voto)

Compartir

Te podría interesar