La Colombia que viene: Las obras pendientes

La Colombia que viene: Las obras pendientes

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Para escuchar leyendo: Los buenos tiempos, Carlos Vives.

A Colombia la guarda un paciente Dios que ha sabido hacerse a la espera de esos días mejores que cada tanto se prometen. Se nos han ido décadas pensando y discutiendo sobre los países posibles, y sus ofertas de modernidad que se diluyen por entre los discursos.

Un ejemplo claro de ese espíritu aplazista de nuestras realidades, son las listas casi interminables de obras estratégicas pendientes. Hoy, queridos lectores, les propongo revisar unos cuantos proyectos que el próximo Gobierno Nacional podrá adelantar o aplazar, sumándose al listado de ausencias de sus antecesores.

El más icónico de estos, el Metro de Bogotá, en la actualidad avanza en un 46.24% de avance, según el último balance pormenorizado de la Línea 1, presentado hace un mes por el alcalde Carlos Fernando Galán.

En cualquier otra ciudad este avance sería prometedor, incluso esperanzador, pero a los bogotanos no se les hace motivo de creer cuando se trata de un proyecto que ya ajusta más de 70 años de debates.

Existe también un viejo anhelo de quienes se criaron a las orillas del río Magdalena, el volver a verlo como el eje estructurante del comercio interno y externo del País. En diciembre de 2023 el proyecto se adjudicó a un consorcio para llevarlo a la realidad, en principio por 30 meses. ¿Está el País listo para hacerlo de forma estable y definitiva?

Otra deuda histórica que Colombia empieza a saldar, aunque a pasos lentísimos, es a restauración del transporte férreo por toda la geografía nacional. Solo en Antioquia, por ejemplo, son cuatro líneas férreas que además se buscan complementar con otros cinco sistemas multimodales al 2053. La planeación es ambiciosa y se asoma ilusoria ante el ritmo de las ejecuciones.

Resumiendo, están también las vías 4G y proyectos estratégicos como la vía Panamericana por el Darién, la Costanera o la doble calzada de la frontera con Ecuador. La puesta en marcha del sistema de puertos en Antioquia y la revitalización del de Buenaventura. Se cuentan también los trenes regionales (como el del Río en el Valle de Aburrá, el del Caribe o el Regiotram de Cundinamarca). Los dragados y renovaciones en el Canal del Dique, los proyectos de energía alternativa en La Guajira o los planes urbanísticos de Bogotá, Cali y Medellín. Una larga lista de planes y proyectos que dan una constante sensación de sobrediagnóstico de nuestras realidades agobia cuando se le compara con las soluciones y cronogramas plausibles que los últimos Gobiernos han tenido.

En el panorama electoral que se avecina no parece existir un papel preponderante para este listado de sueños. Se asoman otros cuatro años de paciencia en muchas regiones.

La pregunta es clara, señores precandidatos ¿Son capaces de responder ante estos problemas? ¿Saben cómo y qué hacer para atenderlos? El país necesita soluciones, la gente merece vivir mejor.

Ánimo.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/santiago-henao-castro/

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