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Las ciudades más interesantes del mundo suelen ser las más costosas ¿O quién va a Nueva York, Londres, París, Barcelona, Tokio o Estambul porque son baratas? Parece obvio, pero tenemos que explicarlo: mientras más apetecida una ciudad, con más movimiento y dinamismo, es más cara para vivir, pues habitarla se convierte en la aspiración de muchos. ¿Entonces por qué tomamos que esto pase con Medellín como una mala señal? ¡Sí es todo lo contrario!
Además, cuando se habla de gentrificación en Medellín, generalmente se alude a los precios de los arrendamientos y directamente se señala como responsables a los gringos y a los Airbnb, pero la verdad es que esto es un problema muy diferente al que nos pinta Alcolirykoz. En la ciudad hay unas 700.000 viviendas, solo el 1 % de estas, es decir 6.400, están destinadas a rentas turísticas ¡Por ahí no está el problema! El asunto es que en Medellín no se construyen ni la mitad de viviendas que se hacen en Bogotá, Cali o Barranquilla. No hay oferta para la demanda que tenemos, ergo los precios se disparan.
Es mucho más fácil culpar a los extranjeros por nuestros males y pésimas decisiones, de hecho, es casi que un clásico de la cultura latinoamericana y no escucharás pegado un rap que hable de revisar el POT, por ejemplo, o inmiscuyéndose en la política de vivienda de interés social de la alcaldía. Demasiada complejidad y autorresponsabilidad aburren.
Sin embargo, también hay que decir que una parte importante de la ciudad entiende que detrás de que Medellín sea una ciudad internacionalmente famosa (esta vez por algo positivo, claro) vienen cosas muy buenas. Saben que es en buena medida por esa razón que tenemos el desempleo en 7.8 %, el más bajo del país y de nuestra historia. Detrás de la ola de visitantes viene el dinero, y esto sí que es importante, es que no solo de pan vive el hombre, y aunque hablen de la “economía” como algo negativo, como un asunto de avaros millonarios, esta se traduce en una buena calidad de vida para todas las personas.
No en vano, en la última encuesta de Medellín Cómo Vamos, los sectores donde hay más favorabilidad frente al turismo extranjero son los estratos 1 y 2, pues para ellos ha significado no solo más empleo, sino trabajos que son remunerados por encima del mínimo, es decir, un verdadero cambio para sus vidas. Quejarse de la gentrificación es más un tópico para querer verse “crítico cool”, o la forma elegante de decir que te molesta que a tus bares de toda la vida ya no podás entrar porque no les cabe un gringo más. Y sí, es verdad que el turismo es molesto y deben controlarse sus externalidades negativas, pero de eso estamos viviendo, y viviendo bien.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/jose-valencia/