Tipos de contenido

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Dominio de las grande empresas

Te podría interesar

Elige el color del texto

Elige el color del texto

Escuchar artículo
PDF

En un mundo controlado por las grandes empresas e intereses económicos, los más afectados, siempre, son los más pobres, los más vulnerables, los que nadie voltea a mirar. Mientras los demás compran, compran y compran, cegados por una falsa idea de libertad y confianza. Lo que no nos paramos a entender del todo es que estas grandes empresas, buscando ganancias exageradas, evitan asumir los verdaderos costos que tiene hacer las cosas, pasando por encima de lo natural, de los vulnerables, de la misma ley. Aprovechándose de la ingenuidad de los que les compran. Lo cierto es que cada árbol cortado, cada gota de agua contaminada, cada animal sacrificado, cada enfermedad causada, vale mucho más de lo que nos cobran. ¿Pero entonces quién asume esos costos? ¿Qué pasa con esos pasivos?

Eso queda y deja huella en las comunidades y los ecosistemas, que quedan relegados y abandonados después de sacarles el provecho. Que además, dadas sus condiciones, están mucho más expuestas al sufrimiento, el abandono y la indiferencia de un mundo que solo quiere beneficios propios.

Es por eso que cada compra tiene tanto significado e importancia, porque con cada una estamos aceptando o rechazando todo lo que viene detrás, que al final se ve manifestado en los grandes problemas sociales: extrema pobreza, desigualdad, violencia, cambio climático, extinciones masivas, desastres naturales, hambre, explotación laboral.

Esa vorágine de crecimiento alocado solo trae cansancio, resentimiento y egoísmo del más puro. Yo no quiero vivir en un mundo así, no quiero hacer parte, no creo que tenga la última palabra. Yo confío en los deseos innatos del ser humano de ser bueno, de ayudar a otros y de tener un propósito. Y ese mundo solo es posible cuando desde cada uno se gesta ese deseo de estar para los otros, de sentirnos parte de algo más grande, de una comunidad; y eso se nota, solo que los actuales modelos de consumo y de relación buscan fragmentar todo lo que es realmente bueno.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-mejia/

Califica esta columna

Te podría interesar