Quien crea que esté firme, tenga cuidado de no caer.

Quien crea que esté firme, tenga cuidado de no caer.

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«Quien crea que está firme, tenga cuidado de no caer», esta frase resuena constantemente en mi cabeza, recordándome lo vulnerables y frágiles que somos los seres humanos, y la capacidad que tienen las circunstancias de cambiar nuestra vida en segundos, en el momento menos esperado.

Hace unos años fuimos testigos de la fragilidad del ser humano y lo sencillo que es colocar toda nuestra existencia en peligro. La pandemia nos encerró a todos; la mayoría, dada la incertidumbre del momento, tuvo miedo. Un virus simple, que muere con agua y jabón, tuvo ciudades enteras, familias, personas sin importar su estrato, profesión u oficio, encerradas en peligro de morir a causa de su presencia.

En cualquier área, podemos considerar que todo puede derrumbarse en segundos. La salud de una persona puede cambiar con un síntoma, y a su vez, el resto de su vida, sus decisiones y existencia pueden verse afectadas por un pensamiento. Incluso la economía entera de un país puede cambiar drásticamente con un cambio en una variable, donde lo único necesario para caer puede ser estar de pie.

Hace unas semanas, se han escuchado noticias desalentadoras, es común, lo sé, pero estas tienen mayor complejidad. Sura solicita retirarse gradualmente de la prestación de salud, dejando a más de 5 millones de colombianos con un futuro incierto en su salud; Bancolombia presenta una de las mayores fallas de su historia, dejando a una muy alta proporción de los colombianos sin acceso a su dinero por medios electrónicos.

Salud y finanzas en riesgo, en dos de las entidades más sólidas y confiables del país. Tal vez con indicios de que algo no estaba funcionando bien, pero no lo suficientemente claros como para anticipar con tal grado de exactitud las fallas.

Nuestro sistema de salud está en riesgo, y nuestro sistema financiero, que ha trabajado mucho por la bancarización y la reducción de efectivo en el mercado, presenta fallas muy delicadas.

¿Hacia dónde va la salud de los colombianos? Si las EPS se acaban, lo cual no parece ser un escenario imposible, ¿hacia dónde iríamos? ¿Es posible que el Estado sea un adecuado administrador de la salud? ¿Qué tan alto fue el riesgo de una corrida bancaria en Bancolombia al reanudar sus sistemas? ¿Cuánto estuvimos expuestos a una crisis mayor del sistema financiero?

Para nadie es un secreto que en ambos sectores, los implicados podrían estar en el top 1 de importancia, teniendo impacto y un gran nivel de trascendencia en el día a día de los colombianos. Las pérdidas son millonarias si una de estas dos empresas sale del mercado; la desestabilización del sistema social es alta.

Las pérdidas para la economía a causa de la caída de Bancolombia son millonarias, en un sistema donde posee el top 1 de influencia y movimiento de dinero. Un minuto de fallas afecta a millones de usuarios.

Es aquí donde la frase inicial cobra relevancia. Si alguien nos pregunta de todas las entidades cuáles son las más confiables, habríamos apuntado inicialmente a estas dos. Sin embargo, no siempre quien está aparentemente bien es capaz de resistir de manera eterna. Una constante fragilidad nos acompaña en la efímera existencia del ser humano, recordándonos que todo aquello que ha sido una invención del mismo y que tiene en su esencia la improbable capacidad de fallar, puede caer en segundos. Y hacernos ver que todo lo que aparentemente está firme debe tener cuidado de no caer.

Otros escritos de esta autora: https://noapto.co/carolina-arrieta/

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