¿El machismo es de izquierda o de derecha? De ambas, y de centro también. Es un fenómeno sociocultural que no se puede clasificar como algo exclusivo de una parte del espectro ideológico.
En Colombia, históricamente, se ha asociado el machismo con la derecha, creo, porque han sido sectores de centro-derecha y derecha, los que más tiempo han gobernado y, por tanto, han tenido el poder para imponer sus formas de ver el mundo, entre esas, la supuesta superioridad del hombre sobre la mujer. Ahora bien, con el gobierno de Gustavo Petro (@petrogustavo) en la presidencia, la izquierda nos ha demostrado que también alberga formas de ejercer la autoridad y personajes misóginos que reflejan el machismo que subyace en nuestra sociedad y cultura occidental.
Esta semana se cumplen 100 días del segundo mandato de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos, en los cuales ha entrado en una lucha frontal contra el feminismo. En esta confrontación, el presidente norteamericano ha contado con aliados, hombres blancos, propietarios de grandes medios tecnológicos, como Marck Zuckerberg de Facebook, Instagram y WhatsApp o Elon Musk de X. Estas redes sociales han ayudado a expandir los mensajes de odio contra las mujeres. Se escudan en la idea de la “libertad de expresión”, a partir de la cual se han flexibilizado las políticas de moderación en estas plataformas. Esto, hay que decirlo, ha envalentonado a muchos hombres cuyo machismo estaba silenciado por la presión que ha traído la disminución de las desigualdades sociales, políticas, económicas y culturales entre mujeres y hombres desde el siglo XX.
En Colombia, la izquierda llegó al poder abanderando los derechos, entre otros grupos poblaciones, de las mujeres, sin embargo, lo que Petro dijo en sus discursos en campaña, se ha visto opacado por lo que ha hecho en la práctica en el ejercicio del gobierno. Por ejemplo, designó en importantes cargos a personas con acusaciones de violencia de género, como Hollman Morris (@HOLLMANMORRIS) en la gerencia de RTVC (@RTVCco) y a Armando Benedetti (@AABenedetti) en el Ministerio del Interior (@MinInterior), entre otros. ¿Cuál es el ejemplo que da el presidente a los colombianos con estos nombramientos? Que ser machista y ejercer violencias basadas en el género no tiene sanción social y, por el contrario, puede ser premiado.
El ejemplo más reciente del machismo del gobierno Petro lo protagonizó la semana anterior, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo (@GA_Jaramillo). Expresó su descontento con la gestión de la Empresa Social del Estado (ESE) Departamental del Meta, Solución Salud, con las expresiones dirigidas a la gerente de la institución, María del Carmen Rodríguez: “Ojalá le tocara a usted, se enfermara y no tuviera familia, hijueputa, y la mandaran para Villavicencio o para Bogotá, para que tuviera que ir detrás su familia”. ¿Le hubiese hablado con esas palabras, y en el tono que se escucha en el video, a un hombre? Lo dudo.
No voy a caer en generalizaciones. Ni todos los izquierdistas o derechistas son machistas, y en el centro también los hay. Sin embargo, los rasgos que definen al centro, como la moderación, la ecuanimidad, la concertación, entre otros alejados de la polarización, impiden ver el mundo como una lucha entre machistas y feministas.
Adenda: sobre este tema recomiendo ver el video de La Silla Vacía (@lasillavacia): “Y eso a mí qué: La nueva ola machista, de Trump a América Latina” (https://www.youtube.com/watch?v=Nrsjzq-KhU8).
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-felipe-suescun/