Los gobernantes que a la carta, los gobernantes que nos merecemos

¿Qué tienen en común Petro, Trump, Maduro, Bukele, Ortega y Milei? Bueno, además de ser gobernantes y de corte populista; unos de derecha y otros de izquierda, uno más radicales y otros más moderados. Tiene en común que nos los merecemos, porque los escogemos a la carta.  

Hace dos siglos, en medio del convulsionado ambiente de la revolución francesa, el político y filósofo reaccionario francés Joseph-Marie, conde de Maistre, se hizo famoso por un dicho célebre que, parafraseado, se ha vuelto un lugar común para opinar en política: “los pueblos tienen los gobernantes que se merecen”. Se cacarea como una verdad de Perogrullo.

Estos gobernantes citados, y otros tantos, además de populares, son populistas, como ya se ha dicho: son de amores y odios y polarizan la sociedad. Los que se sienten desfavorecidos por la gestión de uno u otro, o, simplemente, sienten animadversión por alguno, se quejan sin cesar, no solo de su gobierno y gestión, sino hasta de su existencia: no merecerían vivir, o por lo menos gobernar, piensen algunos, aunque el quejumbroso sigue repitiendo como lora “los pueblos tiene los gobiernos que se merecen”. Ah, y se lo remarcan a sus contradictores políticos, como si el presidente de sus malquerencias hubiera llegado a ese cargo pese a él y, no también, gracias a él y su círculo social.

Vamos al caso colombiano. Los uribistas viscerales, que son la mayoría, inventan todo tipo de hipótesis conspiratorias para explicar las artimañas o trampas por y con las que Petro llegó a la presidencia. No aceptan, para empezar, que sin Uribe y los abusos de poder de la derecha, una presidencia de Petro hubiera sido improbable, porque, claro, sería aceptar que ellos también se equivocaron.

Bueno, aceptemos que la humildad para reconocer los errores no es la virtud más recurrente en los seres humanos, para no pedirle peras al olmo, pero sí exijamos un mínimo de sentido común para reconocer que los gobernantes no salen de la nada ni llegan porque sí; que no se dan silvestres. Hay una mezcla de factores históricos, sociales, políticos y culturales, que, además de las consabidas jugadas sucias de las que no se libra casi ninguno, favorecen la llegada de estos personajes al poder.

La misma ceguera, dogmatismo y falta de autocrítica ha tenido la izquierda para entender el porqué Uribe ha sido el presidente más popular que tenido el país en los últimos 50 años. No es solo porque este país es de derecha: eso, aunque no es mentiras, es un reduccionismo si se considera la causa única. Muchos errores ha cometido la izquierda también para que Uribe se diera el lujo de cambiar la constitución como si nada, reelegirse y, si se pudiera lanzar ahora, lo volverían a elegir, y por aclamación.

En el caso de Petro, muchas cosas malas hizo o dejo de hacer la derecha, pecando por acción u omisión, para que fuera el primer presidente de izquierda de este país e hiciera las embarradas que hace, además de las que le inventan y le fabrican.

En el plano local, pasó lo mismo con el ex alcalde Daniel Quintero, el más desastroso que ha tenido Medellín (inepto y tramposo), y eso que hemos tenido a Fico dos veces, como a Uribe en Colombia. ¿Qué hicimos mal para merecernos a Quintero?, fue una columna que escribí en este mismo medio. La respuesta a la pregunta nos la debemos hacer todos, incluyendo, y tal vez empezando, por Fico y Uribe, que le pavimentaron la vía para que llegara la Alpujarra.

 
Bueno, los que ahora se quejan tanto de Petro, no les quedaría mal preguntarse qué han hecho mal para merecerlo, ya que “los pueblos tienen los gobernantes que se merecen”, no solo sus votantes. Si les falta humildad, que tengan por lo menos pragmatismo, porque la quejadera y las teorías conspiratoria no solucionan nada.

Lo propio tendrán que pensar los gringos con Trump, los venezolanos con Maduro, los salvadoreños con Bukele, los nicaragüenses con Ortega, los argentinos con Milei, etc., etc.

Sin autocrítica no hay cambio posible y tendremos que seguir padeciendo los gobernantes que nos merecemos, que es un denominador común en los mandatarios aquí citados, por más diferencias ideológicas que tengan. Y continuaremos igual, de tumbo en tumbo, mientras sigamos votando solo por quien representa nuestros intereses y no el de las mayorías, esto es, votando gobernantes a la carta.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-munera/

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