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Juan Pablo Trujillo

La paradoja del Estado mínimo

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Algunos economistas que se definen como liberales en el sentido de Hayek, von Mises y Friedman, y menos en el sentido de Sen, Berlin y Rawls defienden la idea de Estado mínimo, la restricción de la acción gubernamental a funciones muy específicas. Sin embargo, en dicha defensa los argumentos se construyen haciendo referencia a una corriente económica y social que se caracteriza por diseños institucionales regulatorios, por una intervención gubernamental fuerte en la esfera privada.    

Entre las premisas del proyecto neoliberal se encuentra favorecer, a través de la acción del Estado, la creación de mercados allí donde no los haya. Esto implica unas “políticas de marco” según Michel Foucault, una serie de modificaciones jurídicas, políticas y sociales en torno al establecimiento amplio de relaciones mercantiles, a la construcción de una “sociedad de mercado”. Este proceso, que incluye también transformaciones en los modos como las mujeres y los hombres se enuncian– consolidando una idea de individuo trazada por los principios de solución biográfica, rendimiento y mérito – necesita poderosas acciones de gobierno que no se corresponden con el principio de “Estado mínimo”.

Foucault, uno de los historiadores de las ideas más destacados en el siglo XX, asegura en el “Nacimiento de la Biopolítica” que “el neoliberalismo es sólo la cobertura para una intervención generalizada y administrativa del Estado tanto más gravosa porque resulta insidiosa y se enmascara bajo la apariencia de un nuevo liberalismo”. Es, en síntesis “la generalización del poder del Estado a escala planetaria” para fines específicos: el desmonte del Estado de bienestar, la aplicación de políticas de efecto derrame y la configuración de una subjetividad social anclada al mercado, asumiendo a los hombres y las mujeres como empresas.     

Siendo así, es al menos paradójico que algunas y algunos economistas colombianos defiendan la idea de Estado mínimo usando al neoliberalismo, cuando esta doctrina económica se instaló en el mundo por medio de agresivas intervenciones estatales para extender relaciones de mercado en toda la sociedad y acabar con la responsabilidad social del estado; cuando su funcionamiento depende de gobiernos fuertemente intervencionistas. Como diría David Harvey, “el neoliberalismo es sobre todo un diseño institucional para devolverle a las élites el poder que perdieron con los estados de bienestar”. Es, en muchos sentidos, el antónimo del Estado mínimo.     

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