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En días pasados empecé a leer un libro llamado “Un pequeño empujón”, escrito por Cass Sunstein y Richard Thaler (nobel de economía) en el cual explican, dentro de otros temas, cómo los seres humanos tomamos decisiones y, a su vez, el poder de influencia que tienen los demás en nuestros hábitos y comportamientos. Mientras leía el libro, observaba y relacionaba cómo nos comportamos los emprendedores, cómo tomamos decisiones y cómo la presión del día a día puede llegar a afectar nuestra salud mental.
La salud mental, especialmente en el emprendimiento, se ha convertido en un tema importante y que se ha venido poniendo sobre la mesa. Cada vez más emprendedores reconocemos que debemos proteger es nuestra salud mental; sin embargo, la presión e influencia social nos puede jugar en contra.
Las redes sociales por ejemplo, son un reflejo claro de lo que nos puede suceder como emprendedores: en ellas podemos ver cómo las otras personas son felices, viajan, tienen hijos, parejas estables, y se observa todo lo bonito que es su vida. Ese reflejo puede generar en las personas que reciben ese contenido una depresión, porque sienten que su vida no ha tenido sentido, que no han logrado lo que otro sí, o que “lo dejó el tren”. Sin embargo, puede que esa “pareja feliz” o “ese viaje” haya estado cargado de situaciones complejas para las personas. Muchas veces sólo vemos la punta del iceberg.
Esto mismo está sucediendo en el mundo del emprendimiento: cada vez hay más necesidad de figurar; cuando vemos que nuestro competidor logró algo exitoso, o vemos que otro emprendedor logró levantar millones de dólares, empezamos a cuestionar si vamos por el camino indicado o, sentimos que “nos dejó el tren” y por ende, hemos fracasado. Esto puede generar una ansiedad profunda que puede desencadenar en efectos negativos para la salud mental del emprendedor.
En muchas ocasiones nos dicen que debemos rodearnos de personas positivas, que nos enseñen e influyan positivamente en nosotros. Pero ojo, debemos tener mucho cuidado en el poder de influencia que le entregamos a quienes nos rodean, pues si lo tomamos literal, podemos generar efectos contraproducentes y sentirnos menos que los demás. De acuerdo con Sunstein y Thaler, “a veces es racional seguir a los demás en lo que hacen, pero no siempre, ya que en manada pueden generar dificultades o, en otros casos, si uno de la manada no lo logra, será excluido”.
Por ende, los emprendedores debemos reconocer el poder de rodearnos de personas buenas, que nos ayuden y nos permitan crecer. Pero no se nos puede olvidar que, antes de emprendedores somos personas, y que cada persona tiene su propia historia. Lo que le funciona a uno no necesariamente es lo que le funcionará al otro. Debemos tener cuidado y disfrutar el proceso de cada uno.
Es importante precisar, de acuerdo con lo planteado, que la influencia social puede ser muy positiva. En un artículo reciente publicado en No Apto, resalto el poder de una golondrina que sí hace verano. Esta semana, siguiendo con el programa denominado Más que libres, estuve presente en el grado de 15 presos de la cárcel Bellavista que durante seis meses participaron en éste; es muy importante precisar que su participación NO les generaba rebaja de pena, sino que era una decisión propia sin nada a cambio, más que poder pensar y trabajar en otra solución.
En el evento estuvieron presentes los familiares de los nuevos emprendedores como si fuera la gala de sus vidas, y aplaudieron, tomaron fotos y celebraron con los nuevos graduandos. Al ver eso, de nuevo pudimos validar que esas 15 golondrinas sí influyen positivamente en su entorno y podrán generar un impacto positivo en su círculo, ayudando a más personas valiosas.
De acuerdo con ésto podemos establecer que: cada persona vivirá y experimentará su camino en sus propios tiempos; no podemos juzgar nuestros procesos con el de los demás; el emprendedor, antes de ser emprendedor es un ser humano y fortalecer su salud mental será clave en su proceso; rodearse de personas que te sumen positivamente es importante, más si con ello se puede generar un impacto positivo en tu entorno, ahora, es válido reconocer que en muchas cosas, pueden no coincidir y eso, mi amigo, también está bien.
