La clase ¿media?

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Declaraciones del presidente Petro que desestimaban la importancia de las marchas de la semana pasada y un trino de la congresista Catherine Juvinao, detonaron una discusión en redes sociales sobre qué es y qué no es la clase media en Colombia.

Aunque el DANE la define siguiendo los más altos estándares técnicos, políticos, activistas y opinadores discuten que es imposible que la clase media esté compuesta por personas que ganen entre $690.524 y $3.718.204. A la par, hay defensores de la estadística que afirman sin cuidado que “dato mata relato” ¿Quién tiene la razón?

La primera claridad que debe hacerse al valorar cualquier medición o segmento de una medición de ingresos en Colombia es Colombia. Es decir, cuando analizamos nuestro país, aunque utilicemos metodologías basadas en teoría estandarizada a nivel internacional, siempre hay que reconocer las particularidades de la realidad analizada -cosa que hace el DANE reevaluando y proponiendo nuevas metodologías-.

Cuando hablamos de la clase media colombiana, no hablamos de la clase media de las películas, no hablamos de gente con apartamento en San Francisco o casa en los suburbios de Nueva Jersey. La clase media colombiana nada tiene que ver con los marcos mentales que hemos creado alrededor de la idea de clase media que presenta el mundo del entretenimiento, que no solo es mayoritariamente occidental sino gringo.

¿Qué es entonces la clase media colombiana? En términos de ingresos, efectivamente lo que define el DANE. Pero es necesario matizar un poco más esta información para darla a entender fácilmente. Aunque el DANE lo especifique, en las redes sociales se pierde la claridad de que la medición de ingresos que ha hecho carrera para definir la clase media colombiana es una medición por persona, es decir, que siguiendo la teoría, para definir con esta medida a un hogar, por ejemplo, de cuatro personas, hay que multiplicar por cuatro cualquier nivel de ingreso escogido dentro del rango; siendo así, son de clase media los hogares de cuatro personas con ingresos de $2.762.096 hasta $14.872.816.

Vale la pena preguntarse -como vi hacerlo a un usuario a manera de insulto- si esto asume que en una familia de cuatro personas, dos niños ganen 1/4 del ingreso familiar; la respuesta es no. En teoría, la medida representa un promedio, lo que quiere decir, que si asumimos que la familia de cuatro personas está compuesta por dos niños y dos adultos, estos últimos acumulan la totalidad de ingresos familiares.

Ahora, ¿es posible para una persona vivir una vida digna, incluso “sabrosa”, perteneciendo a la clase media con ingresos inferiores al salario mínimo? Aunque rime, dato no mata relato, podemos tener miles de estadísticas y teorías para analizar la realidad, pero mientras la gente no las entienda, los economistas no estamos cumpliendo a cabalidad nuestra misión. Efectivamente, una sola persona con ingresos inferiores a un salario mínimo colombiano no puede tener una vida que consideremos digna, incluso teniendo en cuenta la subjetividad de este concepto. Sin embargo, sí puede continuar perteneciendo a la clase media. Pertenecer a la clase media es una cuestión de ingresos, no de riqueza ni de vida digna, las estadísticas económicas no se miden en películas.

Para ilustrar mejor y concluir, lo que quiero decir es lo siguiente: en general, en Colombia, hay tanta pobreza que nuestra clase media es en su mayoría endeble y está a un paso de caer en vulnerabilidad. A la fecha, alrededor del 57% de las personas que trabajan lo hacen de forma informal, o sea que no tienen protecciones laborales, no acceden al sistema de seguridad social y por supuesto, no ganan ni el mínimo. La más reciente medición ubicó la línea de la pobreza monetaria en ingresos mensuales de $354.031 para una sola persona.

Más que criticar lo que muestran los indicadores económicos, es necesario reconocer la realidad que exponen: Colombia es un país de ingresos tan bajos, que hay personas que pueden estar en la clase media, sufriendo condiciones objetivas de la pobreza como el bajo logro educativo, dificultad de acceso a la salud y empleo informal.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/pablo-estrada/

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