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El país lleva 20 días en un escenario bien Macondiano: el uribismo que por semanas atacó a Rodolfo, olvidó sus múltiples críticas y ahora comparte sus publicaciones y cadenas; mientras Petro, que llevaba meses buscándolo como fórmula vicepresidencial, hoy lo ataca sin tregua, metido en un laberinto de incoherencias del que ha podido salir.
Por ejemplo, no se entiende con qué autoridad se autodenomina como el cambio responsable y cataloga de populista y demagogo a Hernández, luego de haber propuesto un tren eléctrico elevado desde Buenaventura hasta Barranquilla, 5 líneas de Metrocable en Medellín, desembalsar Hidroituango y puestos en el Estado para darle trabajo a todos los desempleados.
Acusa a su oponente de representar a grandes grupos económicos, pero él mismo ha recibido cerca de 30.000 millones de pesos de los bancos de Sarmiento Angulo y Gillinsky (como relató María Jimena Duzán en su última columna). ¿Por qué Petro recibe dinero de banqueros árabes, dueños de una de las multinacionales que dice combatir, con enormes intereses mineros que van en contra de las causas ambientales que dice defender?
Por otra parte, Petro ha dicho que Rodolfo tiene alianzas con el continuismo representado por el establecimiento criminal y corrupto; Sin embargo, ¿No tiene él mismo entre sus filas a Roy, Samper, Piedad Córdoba, Benedetti, Julián Bedoya, los hermanos Moreno, Daniel Quintero y su séquito de secretarios y concejales, quienes en sus propias grabaciones han aceptado que han ido a La Picota a negociar con parapolíticos y corruptos?
Hoy Petro critica a Rodolfo por no ir a debates en segunda vuelta, cuando él mismo faltó a 15 debates antes de primera.
Un capítulo bajo e infame de este laberinto ha sido el del machismo y la violencia contra las mujeres: mientras Rodolfo ha dicho que se deberían dedicar al trabajo doméstico y se refiere a sus cuerpos y a su sexualidad despectivamente, Petro ha dicho que actúan bajo sus hormonas, y su esposa que las periodistas ascienden profesionalmente por acostarse con los dueños de los medios. Qué panorama desolador y doloroso para las mujeres en Colombia, que son violentadas en la calle, en el trabajo, en sus casas, y en la política. En ninguna parte tienen un lugar seguro.
Petro no miente cuando dice que Rodolfo es machista, pero no tiene autoridad moral alguna para decirlo, pues ha sido encubridor de misóginos, acosadores y maltratadores de mujeres como Hollman Morris, Fabián Sanabria y alex flores, y copartidario de Sadee, un pastor que predica en contra de la diversidad sexual y de los derechos de las mujeres como la planificación y el aborto, a quienes a premiado con curules y altos cargos.
Otro capítulo vergonzoso de estas elecciones que se ha probado con los videos filtrados, es el de la campaña negra que el pacto histórico planeó para atacar de manera sistemática a sus oponentes hasta destruirlos, usando insultos y calumnias. Una estrategia fríamente calculada que contó con la aprobación de Petro y que usaron contra Fajardo, Alejandro Gaviria, Federico y ahora contra Rodolfo. Guanumen y Gómez Pinilla fueron el rostro de esta mezquindad, reconociendo que debían transgredir líneas éticas e inventar noticias falsas diariamente (tuvieron que bajar una columna infame esta semana en El Espectador por las mentiras que involucraba). De todas las críticas posibles que podían hacer a Rodolfo escogieron la más miserable: revictimizar a su hija secuestrada y desaparecida, insinuando que era un invento. La empatía, feminismo y solidaridad con las víctimas se esfumaron, y no demoraron en inundar las redes de memes, insultos y especulaciones sobre una mujer víctima de la violencia y sobre el dolor de su familia.
La línea ética que definió el pacto histórico pasó por encubrir a corruptos como Julián Bedoya, y destruir a contendores que merecían respeto como Fajardo. ¿Cuál hubiese sido la reacción si los que salieran en los videos hablando de estrategias para destruir a otros, de negociar con extraditables y de recibir “inversiones” de grandes empresas que en su gobierno se verían retribuidas, fueran Rodolfo, Fico, Fajardo o algún expresidente? Con seguridad no se habría aducido que “es normal” y que “así es la política”.
En Medellín se presentó un escenario similar al que enfrenta hoy el país: Basada en el antiuribismo, la ciudadanía votó por un personaje que decía ser alternativo e independiente, pero que estaba rodeado de políticos tradicionales, delincuentes y corruptos. Hoy muchísimas personas se arrepienten públicamente de haberle creído al alcalde y lamentan la corrupción que trajo a Medellín. El discurso de Quintero también recogía causas importantes para sectores alternativos, y vimos cómo dichas causas se quedaron en discurso, pues Quintero se dedicó a saquear la ciudad, que no ha pasado una semana sin escándalos de corrupción.
Un ejemplo de lo anterior es la investigación realizada por el diputado Luis Peláez, que en los últimos días ha denunciado que 13.000 millones de pesos del municipio fueron desviados para la campaña de Petro. ¿Cómo votar en Medellín por el candidato que usa en su campaña los recursos públicos que debían invertirse en resolver las necesidades de la ciudad?
En lo que a Medellín respecta, la propuesta de Petro no representa un espíritu de cambio, pues aquí son el establecimiento que gobierna con César Gaviria, Luis Pérez, Vargas Lleras, conservadores, Cambio Radical, uribistas y la U, en un proyecto criminal, violento, mentiroso y corrupto. Aquí hemos enfrentado y sufrido las consecuencias de ese proyecto político en el gobierno, y sabemos que llegarían a la Nación a abusar del poder público y a enriquecerse, como lo han hecho en Medellín.
Durante 3 años, Gustavo Petro se rodeó de personas, hizo alianzas y aceptó apoyos pensando que iba a ganar en primera vuelta. Le jugó al todo vale para «ganar en primera», no le alcanzó y ahora esas personas, alianzas y apoyos le van a costar la segunda vuelta, pues lo dejaron atrapado en un laberinto de incoherencias del que no tiene como escapar, pues incurre exactamente en los mismos cuestionamientos que hace al ingeniero.
Respeto y no juzgo a la gente por su voto en segunda vuelta, no vale la pena pelear por ese voto, y la verdad, por ningún voto. Es una decisión personal y la esencia de la democracia radica precisamente en el respeto por esa decisión, no podemos llamarnos demócratas si solo aprobamos el voto del que piensa como nosotros. Resulta peligroso para la democracia ese extremo de solo tener como sensata o válida la posición de quien piensa como yo. Si algo es la democracia es disenso y diferencia y, sobre todo, respeto profundo por esa diferencia.
Así pues, respeto a quien decide votar por Petro o por Rodolfo, tanto como respeto a quien decide votar en blanco, que no es un voto neutral, sino el voto de quienes no quieren ser cómplices de ningún desastre. Por mi parte tengo algo claro: jamás votaré por un proyecto político que le dé poder a Julián Bedoya, Quintero, alex flores, y los demás corruptos que los rodean.
Cierro diciendo que Colombia ya perdió, porque se verá obligada a elegir para la presidencia entre dos terribles candidatos, y porque el establecimiento ya ganó, pues gana con cara y con sello. Uribismo y Petrismo fueron dos ejércitos que se destruyeron mutuamente, y que de paso destruyeron al país. Ojalá esta elección sea el fin de ambos (Uribe, Gaviria, Pastrana, Vargas y demás salieron derrotados en primera, y Petro saldrá derrotado en segunda), y el principio de nuevas fuerzas políticas que se dediquen a tejer y a reconstruir lo que estos destruyeron con sus balas, sus contralores y sus bodegas.
El país elegirá entre dos proyectos populistas, machistas, con tendencias autoritarias y con alianzas cuestionables (ambos tienen al establecimiento corrupto a bordo). Cualquiera sea el que gane, el 20 de junio tendremos que levantarnos a trabajar para que Colombia no se vea obligada a tener que seguir eligiendo entre malas opciones, persistir en construir un proyecto demócrata, feminista, liberal, incluyente y respetuoso de las instituciones.