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El centro político sí existe, aunque desde la izquierda y la derecha se afirme lo contrario, ya que es lo más conveniente para los extremos, la polarización que niega la mediación entre los polos opuestos.
Ahora, esta afirmación no desconoce las dificultades teóricas y prácticas que existen para reconocer el centro. La principal dificultad es precisamente la polarización que refleja la división de la sociedad. Traigo dos definiciones de la Real Academia Española (RAE) de la palabra “polarizar”: “concentrar la atención o el ánimo en algo” y “orientar en dos direcciones contrapuestas”.
La polarización orienta la atención y el ánimo en dos direcciones opuestas, es decir los divide, ya que los descentra entre los dos polos que los concentran. De hecho, la FundeúRAE, fundación promovida por la Agencia EFE y la RAE, cuyo objetivo es el buen uso del español en los medios de comunicación, en 2023 eligió “polarización” como la palabra de ese año “por su amplia presencia en los medios de comunicación y por la evolución que ha experimentado su significado”.
En la medida en que una sociedad está más polarizada, como la colombiana, es decir, con más personas dirigiendo su atención y su ánimo hacia la derecha y la izquierda, es más difícil para el centro político sobresalir. En cambio, en una sociedad menos dividida, como en la que muchos desearíamos estar, es más factible para el centro ser reconocido como una opción de poder real.
El centro político equilibra las ideas de izquierda que giran alrededor de la justicia social y las de derecha que orbitan en torno a las libertades, principalmente la económica.
Karl Marx decía: “El reino de la libertad comienza donde termina el reino de la necesidad”. El centro toma de la izquierda las ideas alrededor de garantizar que los individuos puedan suplir las necesidades básicas, en las cuales todos somos iguales (todos necesitamos techo, abrigo, comida, salud, educación, etc. para sobrevivir, desde el más rico hasta el más pobre). Y a partir de esa garantía, el centro político potencia las libertades de los individuos, que son las que nos hacen únicos (especializarse, leer, formar empresas, escribir, viajar, crear, inventar, innovar, etc.).
Nadie ejerce la libertad que promueve la derecha, si de antemano no tiene resueltas sus necesidades, como lo señala la izquierda. El centro político representa el justo medio entre las posiciones de izquierda que buscan la justicia social, necesaria para garantizar la sobrevivencia y la vida digna de los individuos; y las ideas de derecha que propenden por el ejercicio de las libertades, entre éstas la económica, a partir de lo cual es posible pensar en el desarrollo individual y colectivo.
En el centro se ubican las personas moderadas que buscan, a través de la concertación de las distintas posiciones existentes en una sociedad, encontrar un equilibrio que permita adaptarse de la mejor manera a las características del contexto, el cual está en constante cambio, y por tanto están abiertos a ceder y así realizar los ajustes razonables que el momento político requiera.
En este sentido y aludiendo a la “sociedad natural” de la teoría iusnaturalista y sus defensores liberales, retomo la frase de Charles Darwin en ‘El origen de las especies’: “No es el más fuerte de las especies el que sobrevive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”. El centro representa a las personas que no creemos que como sociedad podamos sobrevivir y desarrollarnos siendo los más fuertes o los más inteligentes, si no que eso es posible al saber adaptarse a cada contexto, con una equilibrada dosis de fuerza e inteligencia ¿cuál más que la otra? Eso depende.
En otras palabras, el centro tiene la capacidad de adaptarse al contexto, para lo cual, en algunos temas y en algunos momentos, tiene que ser un poco más de centro-izquierda y en otros, un poco más de centro-derecha.
Las personas que nos reconocemos de “centro” debemos contribuir a superar la polarización para que las ideas centristas tengan la posibilidad de sobresalir. Más que atizar la división, resaltando el mal gobierno de Petro o recordando los problemas que le dejó Uribe al país, conviene exaltar los beneficios que traen las alternativas que son moderadas, como producto del consenso entre las fuerzas de centro-izquierda, centro y centro-derecha.
Otros escritos de este autor: https://noapto.co/juan-felipe-suescun/