El 5 de diciembre de 1994, los líderes de Francia, Estados Unidos y Rusia se reunieron en Hungría para firmar el Memorando de Budapest. El objetivo: que Ucrania, exrepública soviética, entregara su armamento nuclear a Rusia para su “desmantelamiento”, a cambio de garantías de seguridad por parte de los firmantes.
Ucrania se desarmó. El memorando venció en 2009, pero en ese entonces Rusia y Estados Unidos afirmaron que mantendrían sus compromisos. Cinco años después, Moscú incumplió sus compromisos al anexarse la península de Crimea. Claro, eso habiendo ya puesto gobiernos títeres desde antes para tratar de controlar Ucrania a su antojo. Estados Unidos se ha dedicado a dar dinero y asistencia militar desde entonces, pero no se ha tomado ninguna solución de peso en contra del agresor.
Ahora resulta que, después de que la desarmaron, Ucrania se supone que tiene que dar las gracias. Sí, sin la asistencia de Estados Unidos no podrían aguantar como lo han hecho hasta hoy. Pero es como si a uno le quitaran el sistema de seguridad de su propia casa, le brindaran otro menos efectivo (al que además se comprometieron) y después le exijan dar las gracias. Absurdo.
La humillación a Volodímir Zelenski por parte de Trump y JD Vance la semana pasada demuestra que Estados Unidos no tiene ninguna intención de ayudar a Ucrania si no le ceden el 50% de sus riquezas minerales. Una cosa más: me quitaste mi sistema de seguridad, me brindaste uno menos efectivo por el que tengo que darte las gracias, y ahora quieres entrar a comerte el 50% de mi mercado si quiero que me sigas protegiendo.
Claro, todo después de que uno de los que ayudó a quitarme mi sistema de seguridad se metió a vivir en una de las habitaciones a la fuerza, y reclama toda la casa como suya a partir de propaganda.
Mientras Trump ataca a todos sus aliados, defiende a Putin a capa y espada. No tiene escrúpulos para llamar dictador a Zelenski, pero sí trata al tirano ruso con cautela. Mientras Vance tilda al presidente ucraniano de irrespetuoso por hacer una pregunta genuina, no hay ningún cuestionamiento público a Putin.
Y recordemos la pregunta, que era sensata y válida ante el comportamiento que ha tenido el agresor: ¿qué diplomacia va a servirle a un tipo como Putin, que ha violado todos los acuerdos de cese al fuego que ha hecho con Ucrania?
A Zelenski hay que rodearlo, y Europa debe seguirse armando y fortaleciendo, como a finales de la década de 1930. Deben entender que no pueden seguir dependiendo de Estados Unidos, ni con Trump ni con ningún otro mandatario. Europa debe rodear a Ucrania, valerse por sí misma y priorizar de manera contundente los asuntos de seguridad y defensa.
Porque, de lograr la expansión en Ucrania, esta sería sólo el comienzo de una campaña sangrienta por parte de un tirano sin escrúpulos, dispuesto a todo para acabar con el Occidente que conocemos. Sí, a pesar de que Trump diga que Putin “lo respeta mucho”.
A los criminales como Putin no se les cede. Se les enfrenta con decisión. Al pueblo ucraniano, desarmado en 1994, se le cumple con garantizar su seguridad e integridad que, hasta ahora, no han sido más que ultrajadas por los delincuentes del Kremlin. En medio de la emboscada en la Casa Blanca, un periodista mediocre preguntó a Zelenski por qué no usa traje. Tal vez debió haber preguntado a Trump y a Vance por qué, cuando se pusieron el de ellos, dejaron las agallas en el clóset.
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