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¿Cuidadana o consumidora?

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Definitivamente, deseo sentirme ciudadana y no consumidora. ¿Cuándo me convertí en lo segundo? Pareciera que la conversación pública, se convirtió en un bien de consumo.

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El mundo está cambiando. Los valores, las priorizaciones ante de la vida y el ejercicio de lo público también. Aunque a veces no reconozcamos que estamos transitando un momento histórico determinante porque vemos los días demasiado ordinarios, estamos ante un tránsito energético, político y social, que requiere mayor encuentro para imaginar este nuevo mundo.

Sin embargo, en las últimas semanas ha sido difícil encontrar espacios y canales dónde poner en conversación las nuevas imaginaciones políticas. Cuando busco espacios para sentipensar me encuentro que canales digitales y físicos que parecen más actos de consumo que construcción de lo público.

Ingreso a plataformas como Twitter y me genera pánico, veo más comentarios de odio que información pertinente. En Facebook no encuentro información de valor, aunque sea la red que más monetiza a las personas virales. Instagram, sólo veo gente que comparte la misma información, con los pensamientos y acciones similares. Las cuentas que informan sobre la situación del país son pocas desde un periodismo crítico y complejo.

En Youtube, no quiero escuchar sólo groserías con Notiparaco, o estupideces con Fucks News, se fue Juanpis González que ya se estaba quemando su personaje y lo mismo siento con la Tele Letal. Veo a Maria Jimena Duzán, y es la única que siento que genera por lo menos no conclusiones sesgadas. En la radio sólo se escuchan sesgos, machismos y periodismo sectario, que reduce la conversación al Sí y No (sólo por mencionar algunos).

De las organizaciones que surgen, como este medio en cual escribo, aún me sigo sintiendo muy distante para entablar conversaciones. Otros espacios solo hablan del malestar de Quintero y el desorden electoral de este año. Veo a muchas personas muy ansiosas sobre como figurar y el hacer por el hacer, innovando en los formatos, pero llegando a las mismas conclusiones.

¿Dónde puedo informarme, debatir, construir conocimiento, aportar colectivamente, recrear la imaginación política?  Puede que no esté buscando bien. Pero la solución no puede ser consumir contenidos digitales; estoy aburrida de escuchar podcast, videos y pensar sola. Además, ¿dónde está la visión de futuro? ¿El sentido de lo colectivo y de lo público se reduce a dar un like, compartir un video o ser la cobertura de un evento?

Además, no quiero sólo hablar de lo que pasa hoy, quiero hablar de la democracia que me sueño, de la participación en sus múltiples manifestaciones, realizar análisis y acciones más allá del gobierno de turno, volver a la construcción del Estado, a la perspectiva histórica de nuestras poblaciones, al placer de la confrontación y el debate lleno de incertidumbre para construir un mundo mejor y común.

Definitivamente, deseo sentirme ciudadana y no consumidora. ¿Cuándo me convertí en lo segundo? Pareciera que la conversación pública, se convirtió en un bien de consumo.

Necesito la pola de la revolución, como sé que surgieron tantos de nuestros procesos en la ciudad y en el mundo. ¿Cuándo discutiremos la nueva democracia que queremos crear?, ojalá una más cercana a la CUIdadanía, ¿dónde están los espacios para la imaginación política y el transitar de las nuevas emocionalidades públicas? La coyuntura, como lo plantea Hugo Zemelman, es el punto agrietado del cual partimos o reflexionamos para materializar nuestro proyecto político, pero ¿cuál es el proyecto político que hoy nos invita a seguir caminando?

Dicen que los grandes cambios los hicieron personas que ante las coyunturas generaban reflexiones y espacios de futuro; no porque se quedaran hablando del mañana de manera abstracta, sino porque desde el hoy, diseñaban las acciones para materializar el mundo soñado. Convirtiendo los espacios de amigues, colectivos y públicos, en una excusa para soñar, para recrear la imaginación política, dónde las coyunturas son las oportunidades perfectas para dar los saltos al abismo de la incertidumbre, que implica materializar la utopía por un mundo mejor, para mí, un mundo más CUIdadano.

¿Alguien que quiera conversar sobre nuestras imaginaciones políticas?

Otros escritos por esta autora: https://noapto.co/luisa-garcia/

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