Cemento, Indumil y tijera para Colombia

Se acerca el fin del experimento socialista en Colombia y hasta el gabinete de Petro lo sabe, por eso es hora de ir pensando en la alternativa, en lo que hay que hacer cuando lo saquemos del poder. Aquí va mi modesta contribución, basada en mucho cemento, el regreso de Indumil y una tijera burocrática; y bueno, una pizca de descentralización no nos caería mal en esta receta.

Al país tienen que volver las grandes obras de infraestructura, tenemos que dejar atrás esos nefastos propósitos de “decrecimiento” o concepciones como que las carreteras son para los 4000 más ricos. Hay que acabar con la parálisis de las licencias ambientales y consultas a comunidades que hacen imposible construir para concentrarnos en obras que nos hagan más competitivos, como carreteras, ferrocarriles, puertos, y aeropuertos. El cemento sí es progreso e impacta positivamente las regiones, sin importar estratos.

Ya vimos que el “pacifismo” que pregonaba la izquierda fue una absurda tontería, pues resultó en el fortalecimiento de todos los grupos criminales y, al final, terminó en más violencia y derramamiento de sangre del que decía salvarnos. No es que nos guste la guerra, al contrario, nos aterra y sabemos que solo un Estado capaz de imponerse es garantía de vivir en paz, basta ya de arrodillarnos ante los bandidos. Esto también es un beneficio transversal a todos los estratos, nadie vive bien gobernado por la inseguridad.

La tijera es necesaria para darle un respiro a la economía, asfixiada por impuestos mientras ve el crecimiento acromegálico del Estado, todo por cuenta de ministerios inútiles desde su concepción e incapaces de invertir un peso en la gente que dice defender, como el de la igualdad. Usando cifras del DANE, el analista Mateo Castaño demostró cómo el Estado ha crecido en los últimos años 20 veces más rápido que el sector privado, una barbaridad insostenible.

Si nos vamos con esas tres cosas, Colombia retornará el rumbo que había tomado en el siglo XXI de ser un país cada vez menos violento, con más inversión, crecimiento y menos pobreza. No nos caería mal en todo esto migrar hacia un modelo descentralizado, en que las regiones sean más responsables con su propio crecimiento y los ciudadanos estén más cerca de las decisiones que se toman sobre sus impuestos. ¿Creen que le faltó algo a mi receta para el país? Los leo.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/jose-valencia/

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