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La semana pasada estuvimos conversando sobre las características de un líder, qué virtudes o competencias se requieren, buscando invitar a todos a que asuman su rol de liderazgo desde el papel que desempeñan hoy en día en todas sus esferas: personal, laboral o socialmente. Todos y cada uno de nosotros, por naturaleza somos líderes.
Este rol de liderazgo natural que tenemos sobresale y permite que todos podamos actuar en consecuencia a partir de encontrar nuestro propósito; es así, como en diferentes escenarios nos hablan de encontrar o identificar el propósito:
Desde el punto de vista personal, todos los seres humanos estamos en contante búsqueda de la felicidad, de encontrar un por qué, una motivación para sentirnos realizados; por otro lado, desde el mundo empresarial nos invitan siempre a encontrar ese por qué para encontrar nuestra propuesta de valor de nuestro emprendimiento y nuestra motivación y, en el mundo social, siempre nos recomiendan rodearnos de personas que nos den y llenen de energía para lograr incentivar ese propósito.
Sin embargo, el encontrar el propósito no es una tarea fácil, ni una actividad del TO DO LIST requiere un proceso de reconocimiento propio. Y aunque, en algunos casos nos podemos sentir pérdidas, todos lo tenemos. Uno de los escritores empresariales más reconocido, especialmente por su teoría del “círculo de oro” Simon Sinek, afirma con claridad que “Todos tenemos un por qué, un propósito profundo, causa o creencia, y somos la fuente de nuestra inspiración y pasión” (Simon Sinek, Find Your Why).
Si bien Sinek habla de ese por qué en el mundo de los negocios, esa misma teoría es totalmente válida y aplicable a nuestras vidas personales y más, cuando ya reconocimos nuestro papel de lideres. Y ese camino para encontrar ese propósito, es un camino permanente que, incluso está cargado de obstáculos, sin embargo, como lo señaló J.K Rowling al contar su historia y sus crisis previo a la creación de Harry Potter, “la dificultad puede ser una compañera fiel para el éxito creativo” o, como también lo reconoce Ryan Holiday en su libro “El ego es el enemigo”, al señalar que “el camino a la victoria siempre pasa por un lugar llamado fracaso”
Es por ello por lo que, a pesar de ver y reconocer capacidad y fortalezas en otros líderes, pensar que nosotros no somos capaces de generar valor porque estamos pasando por X o Y situación, todos podemos ver esa situación como una oportunidad para encontrar, con éxito, nuestro propósito.
Desde el mundo del emprendimiento, lugar en donde convivo permanentemente, he podido detectar que, aquellos emprendedores más exitosos son los que tienen claro su propósito, independiente del lugar o circunstancia que estén viviendo, siguen trabajando y cultivando su propio éxito. Para ello, es muy importante resaltar que ese éxito no está asociado precisamente a la fama, al dinero, entre otros, sino a ese éxito de sentir que se está logrando y se están acercando a ese por qué.
Ese camino y ese propósito superior, se busca día a día. Hábitos saludables, iterar hobbys, buscar y rodearte de personas que te nutran, hacer cosas con tus seres queridos y darte espacios para ti, facilitaren ese proceso. Y, de eso se trata el rol del líder, están enfocado en el camino del propósito y así generar impacto 360º.