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No es solo dar empleo

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En el paradigma económico y social que ha reinado en las últimas décadas, la mayoría nos encontramos con muchas trampas por parte del sistema. Después del PIB (no me hagan hablar de ese incompleto y descarado PIB), la generación de empleos por grandes empresas es uno de los indicadores que más usan para hablar de desarrollo o de que un proyecto es importante: «vamos a generar no sé tantos empleos en la región». Ajá, ¿y entonces?

Estos indicadores suelen ser muy utilizados, pero se quedan cortos en la definición de la sociedad en la que están inmersos. Y obvio se quedan cortos, son solo indicadores. Ningún indicador podría contar toda la realidad. Pero cuando guiamos las decisiones solo con estos y dejamos de lado la complejidad de la realidad, ahí perdemos todos. Bueno, los de abajo.

No estoy diciendo que los empleos generados sean malos, pero sí son insuficientes. La realidad lo demuestra, especialmente en aquellos lugares donde las grandes empresas son casi que los que controlan todo: tienen gran voz en las decisiones políticas, manejan gran parte de los recursos generados y de la población, ejercen presión política, mediática y social para beneficio propio.

¿Y la población? Casi siempre en la pobreza, con problemas sociales y ambientales graves, con bajo sentido de pertenencia, poco tejido social, miedo, desesperanza y una gigante zona de confort, pues la empresa está ahí para sostenernos, ¿verdad?

Los ejemplos más claros están en esos pequeños pueblos en los que hay una o dos multinacionales (minería, energía, fabricación de productos, póngale el nombre que quiera).

Entonces, desde esa perspectiva, esas grandes empresas controladas por unos pocos, con ganancias exageradas y desde una posición casi intocable, se vanaglorian de sus incontables beneficios a la comunidad y de cómo su generación de empleo promueve el desarrollo económico local.

Es ahí donde entra mi argumento: la generación de riqueza y de empleos por parte de pocas grandes empresas no está directamente relacionada con el crecimiento y la mejora de condiciones para la sociedad en la que están inmersas. Sí, generan esos trabajos que dan sustento a miles de familia, eso está perfecto, pero bajo unas condiciones aprovechadas y sesgadas, en las que el beneficio mayor siempre irá para las cabezas de las organizaciones.

Por eso creo que es necesario salir de ese bucle anticuado de crecimiento y desarrollo. Necesitamos más incentivos para que cada persona pueda desarrollarse. Para que los recursos estén mejor distribuidos. Para que vivamos en armonía con la naturaleza. De lo contrario, las brechas sociales y las crisis ambientales no van a parar de crecer.

Otros escritos de este autor: https://noapto.co/esteban-perez/

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